Alrededor de un millar de motoristas han recorrido este sábado la localidad en la popular ruta que organiza Komando Bike Festival, una concentración que se extenderá hasta este domingo.
Málaga es sol, buen tiempo, alegría, baile, música, 'pescaito', paisajes… Pero Málaga también es motor. Al contrario de lo que muchos podrían imaginar basándose erróneamente en las películas norteamericanas, cuando vives el verdadero ambiente motero desde dentro no observas peleas, gritos, malas formas; nadie te deja de lado por tu edad, género o condición; ni siquiera los coleccionistas de tesoros miran por encima del hombro a los que montan motos más humildes, porque cada uno disfruta de la suya. Aquí el único ruido es el del escape. Este sábado, Torremolinos ha vuelto a reivindicar el espíritu motero, que aunque desconocido para muchos, sigue estando muy presente en la provincia.
Komando no es un grupo de rock español de los 80', es el grupo motorista con más de 200 socios que este 2022, tras dos años de parón por la Covid, ha podido celebrar el décimo aniversario de su ya reconocida en toda España concentración mototurística: Komando Bike Festival. Un completo fin de semana de actividades con conciertos, exhibiciones, charlas, 'stands' de comercios y mucho más en el Palacio de Congresos de Torremolinos (hasta este domingo) y que ha escogido este sábado como su día reina. Alrededor de un millar de motoristas se reunieron este sábado por la mañana en la puerta del Palacio para dar salida a la ruta mototurística por las calles de Torremolinos, una actividad tradicional dentro de la concentración y la más vistosa para los vecinos y turistas.
Tocó engalanar a las consentidas de cada casa: las Yamaha, Kymco, Benelli, Honda, Kawasaki... Podía observarse, literalmente, de todo: Vespinos, motos deportivas, motos de 250cc, 300cc, 600cc, 1000 cc, con tres ruedas, coches monoplaza dignos de museo, y por supuesto, las joyas de la corona de toda concentración: Harley Davidson de todos los modelos, potencias, formas y años posibles. Como ejemplo la curiosa Harley de tres ruedas de Antonio Ríos, nacido en Sabadell pero criado en Ginebra y residente en Torre del Mar. Era su primer año en Torremolinos, donde ha seguido sumando kilómetros: «He dado la vuelta a España, a Francia, he atravesado Norteamérica...». No tiene límites, ni siquiera los de su pequeña minusvalía. Luce en su moto la tarjeta azul que le acredita como tal, aunque explica en tono jocoso: «El médico no quiere que lleve una moto de dos ruedas por si me caigo, así que voy con esta Harley Davidson, que tiene tres».
Todo un desfile en el que no faltaron las sonrisas de satisfacción al ver una quedada de estas dimensiones cerca de casa, dado que la gran mayoría procedía de la provincia o de Andalucía. Como ejemplo, un grupo de 20 moteros de los Viking Brothers de Estepona, liderados por Jesús Álvarez, ‘Conan’. Nos hemos recorrido concentraciones toda España y Portugal y nos encanta poder disfrutar de quedadas como ésta».
Familias enteras, como la del malagueño Francisco Soler, acompañado por su tía, sus hijos y algunos amigos de la familia: «Siempre nos han gustado las motos, así que creamos nuestro propio club familiar Devil Rats, casi todo con motos clásicas o neoclásicas»; parejas, como Francisco Javier Jiménez y Pepi Carrión, sevillanos del club Paseos Domingueros; grupos de amigos, padres con los pequeños de la casa, como Sandra González y Elena Marín, tía y sobrina que se estrenaban en la ruta con una Yamaha...Todos hablaban entre ellos, se reunían para hacerse fotos y, como cualquier otro ‘fan’, aprovechaban para observar de cerca los modelos más inusuales, mientras otros aprovechaban para hacer publicidad de sus clubes o quemar rueda para satisfacer a los amantes de la velocidad.
Un verdadero espectáculo para todos los públicos que ha regresado con mucha fuerza en su décimo aniversario, pese al temor de la organización por si la situación económica mermaba la participación. El alma motera de la provincia está más presente y activa que nunca.
Articulo publicado en Diario Sur.
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